Sí. Los bancos estadounidenses no se adhieren a ningún estándar internacional para la transmisión de los datos de los titulares de cuentas extranjeras a sus respectivos países de origen. EE. UU. es el único país del mundo que solicita datos de sus contribuyentes estadounidenses con cuentas en el extranjero (FATCA), pero no aplica la reciprocidad con las cuentas que tienen los extranjeros en sus instituciones.