Es ventajoso poseer una o más residencias fiscales para la posibilidad de administrar una actividad en alta mar o diferentes actividades en alta mar al coordinarlas con las autoridades fiscales más adecuadas para esa actividad. No es una simple cuestión de pagar más o menos impuestas, sino de poder aprovechar los oficios libres, en forma de conferencias, tratados de libre comercio y también impuestos diferentes y a menudo cero.
En su lugar, para el tema probado, una residencia fiscal le permite decidir dónde ser gravado y en función de qué, considerando un lugar más apropiado que otro.